Vasijas pintadas y tratadas a la encáustica.
La primera esta tratada a grafito y témperas, con un motivo de plumas. El acabado brillante y pulido se consigue aplicando a brocha una mezcla de cera virgen y barniz de retoques. Se utiliza el soplete junto con la brocha para fundir la cera sobre la vasija e igualar la superficie. Una vez fría se pule con una gasa fina o tarlatana.
Esta segunda es un remate con un motivo de plumas también y realizado con el mismo procedimiento.