Son de la familia de las anátides, Anatidae (patos, gansos, cisnes…) y son originarios de las selvas tropicales de Brasil. Se encuentran por toda Latinoamérica y se les llama también «criollos» a los domésticos.
En Argentina «pato criollo» es además un dicho popular de quienes se meten en líos con frecuencia, generalmente los niños traviesos, ej: «se portan como pato criollo».
A las aves las he fotografiado hoy en Aracena (Huelva) donde las encontré junto a otras variedades de patos.
También son conocidos como «patos mudos» porque no emiten sonidos fuertes; al menos no los graznidos tan sonoros del Azulón o pato real, sino susurros. Se les denomina según en que sitio como pato Almizclero, muscovy, de Berbería, Berbery o Berberisco.
La «mamá pata» está en el lago con sus 11 patitos que tienen tan sólo 15 días. Tras una puesta de 15 huevos, nacieron 13 y viven 11. Los otros ejemplares fotografiados son algunas de las crías del año pasado.