El nombre igual no es el más apropiado…quizás no, porque son muchos sus ingredientes, pero son las finas tiras de tortilla la que le aportan su singularidad.
Se trata de una sorprendente y sabrosa ensalada. Colorista con sus brotes de lechugas, hierbas varias y unas finas tiras de cebolla roja contrastando con apio blanco en Juliana. Un estallido de contrastes no solo visual sino en sabores y texturas, gracias entre otros al crujiente queso Parmesano tostado, al zumo de limón y al aromático aceite de oliva extra virgen.
Esta noche tuve en casa a unos amigos entrañables que a su vez son miembros de la Academia Olímpica. Como parte del menú les ofrecimos esta ensalada que casó estupendamente con un rosado solomillo ibérico con pimientos rojos caramelizados, puré de patatas casero con parmesano y una humeante salsa de menta y alcaparras.
Ingredientes:
Brotes de lechugas varias, canónigos, rúcula, apio, una cebolla roja, dos huevos, flor de sal, pimienta negra, zumo de un limón, vinagre de manzana, aceite de oliva extra virgen, perejil y queso Parmesano.
Disponer en la ensaladera los brotes tiernos limpios y escurridos y las hierbas. Cortar en Juliana la cebolla y el apio, pasar por agua helada, escurrir y añadir al cuenco. Hacer una o dos finas tortillas en una sartén anti adherente como si se tratase de unas crepes pero añadiendo unos pellizcos de perejil picado. Enrollar una vez cocinadas y cortar finamente para obtener largas tiras. Mezclar entonces con el resto ya preparado y aliñar con limón, sal, pimienta, un poco de vinagre de manzana y aceite. Mezclar de nuevo. Antes de servir desmenuzar un poco unos crujientes de queso Parmesano que habremos preparado en el horno con anterioridad sobre papel sulfurizado.
Está deliciosa esta ensalada. Espero que os guste.
Una variante es añadir guindilla muy picadita a las tortillas junto al perejil.